Sanación a distancia

Uno de los aspectos más difíciles de creer para los «no iniciados» en el mundo de Reiki es el hecho de que se puede mandar Reiki a distancia, traspasando tanto las barreras del tiempo como el espacio físico.

 

      Preguntate ¿cómo decides lo que realmente importa cuando necesitas ayuda? ¿Necesitas una prueba científica, o crees lo que sientes según tu experiencia? Si Reiki puede hacerte sentir mejor cuando te pase algo, ¿sería suficiente? O a lo mejor necesitas leer el estudio científico antes de probarlo.

 

Estudios sobre los efectos de Reiki a distancia con grupos de enfermos afirman que los efectos son medibles y comprobables, aunque no se entiendan los mecanismos que lo permita 100%.

Reiki traspasa las barreras del tiempo y del espacio

De hecho la sanación con energía a distancia ha sido practicada en el oriente por siglos. Uno de los ejemplos más a destacar es el Tai Chi y el Qi Gong.

Hay un hospital en Pekin donde han documentado ejemplos como este (en inglés comenzando en 1,43 segs.) de la sanación de un tumor en la vejiga diagnosticado como no operable por la medicina occidental.

 

La técnica usada se basa en la repeticion de una palabra, como mantra, que permita la concentracion energetica. Con razón dicen que el Qi Gong es el componente de la medicina china más eficaz y poderoso (de entre la acupuntura, el Shiazu, el herbolario y la meditación). Esta es la descripción del video del libro de Gregg Braden, el Efecto Isaías:

Qi Gong – Milagros sin medicinas

      El vídeo que estábamos viendo había sido grabado en la Clínica y Centro de Formación Huaxia Zhineng Qigong, el «hospital sin medicinas» de la ciudad china de Qinhuangdao. La cinta empezaba mostrando a una paciente estirada en una camilla de un centro sanitario. Parecía estar totalmente despierta y consciente, no estaba anestesiada ni había señales de que se usara ningún tipo de anestesia.

 

La mujer llevaba poca ropa y su camisa había sido modestamente retirada hacia arriba para dejar al descubierto su abdomen inferior. A la luz del vídeo y de la sala de hospital, su estómago brillaba con un gel preparatorio que parecía mojado y resplandecía. Sentada al lado de la paciente había una enfermera que movía la ecografía a través de la tensa y suave superficie del vientre de la mujer.

 

Justo detrás de la paciente había tres médicos. Iban vestidos de blanco y estaban sólo a unos centímetros de ella. Los hombres parecían estar muy concentrados, mientras permanecían de pie cerca de la parte superior de su cuerpo. Uno de los hombres inició un movimiento con sus manos, las movía silenciosamente por e aire encima de la cara y el pecho de la mujer.

 

Luego, el vídeo transmitió la imagen ecográfica, que nos mostró la vejiga de la paciente durante el proceso. Las paredes y la curvatura se veían con claridad.’ En esta imagen empezó a aparecer algo más, algo que se suponía que no debía estar allí.

 

-Están viendo un cáncer de vejiga -nos explicó el instructor-, un tumor de aproximadamente 7,5 centímetros de diámetro.

 

Estábamos viendo el tumor tal como era en ese momento según lo captaba la ecografía. La cámara se acercó a la pantalla, mientras éramos testigos de un acontecimiento para lo que no había explicación en la ciencia occidental. Todo el mundo se quedó en silencio al prever lo que iba a suceder. Incluso las viejas sillas plegables dejaron de chirriar mientras el grupo observaba asombrado el desarrollo del milagro ante sus propios ojos.

 

Mientras el asistente sanitario continuaba monitorizando el acontecimiento mediante los ultrasonidos, los tres hombres que estaban de pie detrás de la paciente estaban trabajando juntos. Participaban al unísono en un modo de sanación que se conoce desde hace siglos. El único sonido que irrumpía en el proceso procedía de los propios hombres. Repetían una palabra una y otra vez, una palabra que aumentaba en sonido e intensidad a medida que avanzaba la sanación. Traducido libremente al inglés estaban diciendo «ya se ha ido», «ya se ha conseguido».

 

El cambio empezó lentamente, casi de modo imperceptible. La forma cancerosa empezó a temblar, como si estuviera respondiendo a alguna fuerza invisible. Mientras continuaba el movimiento con el resto de la imagen perfectamente enfocada, toda la masa empezó a desaparecer. En cuestión de segundos, el tumor se disolvió ante nuestros ojos. En sólo dos minutos y cuarenta segundos el tumor había desaparecido. ¡Sencillamente había desaparecido! Se había producido una sanación, tan completa que la ecografía ni siquiera indicaba una cicatriz en el tejido que el tumor había invadido.

 

A medida que la cámara se apartaba de la pantalla del ordenador, la paciente, todavía despierta y consciente, parecía sentirse aliviada por lo que oía en la habitación. La enfermera y los tres hombres consultaron entre ellos y luego asintieron con la cabeza; su curación había tenido éxito. Se saludaron educadamente inclinándose desde la cintura y aplaudieron suavemente, en señal de reconocimiento de su logro.

 

Al principio reinaba el silencio en la sala. Luego se escucharon suspiros que dieron paso a sonidos de admiración y felicitaciones por lo que habíamos presenciado.»

Lo importante para entender este milagro aparente es que ocurrió solamente porque el enfoque o intención del grupo fue sentir y visualizar células sanas y no estar pegados al resultado de la «operación». En las palabras de Braden, «colectivamente sosteniendo la visión de células de la vejiga sana, mientras dirigiendo el Qi de sus manos sobre el abdomen en las proximidades del tumor.»

Hay otros testimonios de tratamientos en Hangzhou en el Instituto de Investigación Zhejiang TCM sin usar la ecografía y sin tanta intensidad de intención dado que fue solamente con un médico y muchos pacientes. Un médico de Qi Gong dijo que su tratamiento funcionable porque su Qi fue muy fuerte (hacía Qi Gong 4 horas diarias) y el Qi de sus pacientes muy débil. Para otro ejemplo del poder de Qi ver el vídeo de John Chang en Indonesia (en inglés):

 

¿Por qué funciona Reiki a distancia?

El trabajo del científico, Masaru Emoto, nos ofrece una buena ilustración de la capacidad de la comunicación energética en la estructura molecular de agua que ha documentado en una serie de sorprendentes fotografías. Probó que cuando se expusieron probetas de agua destillado a pensamientos y emociones tales como amor, agradecimiento, felicidad y la verdad las moléculas se formaron en estructuras delicadas, simétricas y cristalinas. Por el otro lado, cuando las muestras se expusieron a mensajes negativos llenos de odio, resentimiento, juicios y hostilidad el agua se formó en estructuras caóticas y fragmentadas.

 

Como el cuerpo humano se compone de aproximadamente 60% agua y el cerebro 70% es fácil ver como la energía y la intención que mantenemos con nosotros mismos y con otros puede influir profundamente sobre nuestra salud y bienestar.

Como ya hemos dicho en la sección sobre energía, en el campo de la Física Cuántica se puede conseguir más respuestas a la pregunta ¿por qué funciona la sanación a distancia?

Al principio de los años 80 un equipo de científicos de la Universidad de Paris bajo la supervisión de Alain Aspect descubrió atónitos lo que pueda ser el hecho más importante para la ciencia moderna. Encontraron que bajo ciertas circunstancias partículas subatómicas se podrían comunicarse entre sí instantáneamente, irrespectivamente de la distancia que les separaba. No importaba siquiera que les separaban millones de kilómetros.

En otro estudio hecho por Nicolas Gisan en 1997 se duplicó estas conclusiones y encontró que algunas partículas se comunicaban sorprendentemente a 20,000 veces la velocidad de luz.

Todas estas investigaciones nos dan pistas a por qué funciona el Reiki a distancia.

El famoso físico quántico, David Bohm explica que la razón por la cual las partículas subatómicas pueden mantenerse en contacto a pesar de vastas distancias en sí no es porque están trasmitiendo alguna señal desconocida entre sí sino porque la separación entre las partículas es una ilusión. Bohm deduce que a un nivel profundo de realidad las partículas no son entidades individuales sino extensiones de un algo fundamental que interconecta todo en el universo.

A raíz de las investigaciones en este momento histórico más y más científicos pasan por comprender lo mismo que las tradiciones místicas de culturas mundiales han estado diciendo por milenios: estamos todos conectados y no somos separados.

Sencillamente el significado de esto en cuanto a la energía de sanación a distancia, es que se puede enviar o transferir por distancias muy largas porque estamos todos conectados. Por ello, no importa si el que transmite la energía está cerca o muy lejos del receptor.

 


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