por Jill Arcaro

Parece que fue ayer cuando empecé a viajar 6 meses al año por obligación… y ahora, al comentarlo en público, las reacciones varían entre interesante como poco, hasta envidiable.  Pero en realidad, es bastante más fácil viajar si eres pobre que si eres rico…

Conversando con algunos amigos que ganan mucho más que yo, pero que rara vez viajan más que a visitar la familia en otras ciudades españolas, he notado que se sentían sorprendidos, envidiosos y también escépticos de cómo logro hacerlo economicamente.  En mi anterior artículo «¿Cómo viajar seis meses al año?» me refiero a los puntos que sigo a nivel práctico con ejemplos de los lugares a donde voy, lo que hago, cómo vivo, etc. En este post adoptaré el enfoque contrario: lo que conviene soltar para tener las circunstancias ideales para viajar durante largas temporadas. En otras palabras: libértate para viajar.


La diferencia reside en que no tengo toda una serie de convencionalismos vistos como normales por la mayoría de la gente. No tengo:

• Niños en casa.
• Hipoteca.
• Dos coches.
• Fondo de pensiones, o dinero en el banco con un cartel que diga: «Esto no se puede tocar».
• Un chalet de dos plantas con sus correspondientes reparaciones y mantenimiento.
• Seguro de vida.
• Y una larga lista de cosas que, como dijo Deepak Chopra, «compramos aunque no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a gente a la que no le importa».

Viendo esta lista se entiende bastante bien a dónde va todo el dinero de mis amigos y cómo con lograr reunir entre 500 y 1000 euros al mes, me puedo permitir viajar casi indefinidamente.  Aunque cuando digo a la gente que soy ya «viajera semi-profesional», reaccionan con dudas y hasta desdén (¿pero qué es eso?» ). Pero la realidad es que existe un gran movimiento de nomadas digitales (también llamados empresarios independientes de la ubicación) (Location Independent Entrepreneurs) que pasan años y años trabajando online y viajando por el mundo, especialmente por el Sudeste Asiático.

Las personas sin muchos recursos tienen problemas propios con los que lidiar pero también hay algo bastante liberador en esa circumstancia.

Hay miles de sitios en Internet que pueden decirnos cómo encontrar ofertas de viajes. Viajar con poco dinero no es muy difícil, siempre y cuando no tengas un montón de responsabilidades económicas en casa. Y un punto importante: es más fácil viajar fuera de Europa, a Asia, como ya he mencionado, o a América Latina, por ejemplo, Colombia, donde todo es mucho más barato.

Para terminar, voy a parafrasear a un dicho anónimo muy sabio:

“Bienaventurados los pobres, porque ellos verán el mundo, mientras que el hombre rico está atado a su casa y al mantenimiento del jardín, o de las zonas comunes…, y tiene que pagar por las instalaciones y enseres o electrodomésticoss rotos».

Si quieres viajar, véndelo todo y sígueme.

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